El golpe que sufrió Colombia a los 3 minutos ante Japón fue mortal: penalti, expulsión de Carlos Sánchez y gol de Shinji Kagawa, volvieron el partido anormal. No es fácil sostener tanto tiempo ante un rival con un jugador de más; y menos superar un 0-1 en contra.
Sin embargo, la Selección supo responder ante el apresuramiento y la velocidad imprecisa de los asiáticos en el primer tiempo, por momentos tuvo la pelota, empató con el magistral tiro libre de Juan Fernando Quintero por debajo de la barrera y concluyó la primera parte haciendo una buena presentación y sacando un empate que era muy bueno, ante las circunstancias.
En la primera etapa hubo tres situaciones para Japón por dos errores de Dávinson Sánchez y un balón que regaló Quintero, que asistió en un tiro libre a Falcao García para la única opción de los nuestros.
El segundo tiempo fue distinto y todo para el rival, que tuvo tranquilidad para manejar la pelota, la puso al piso e hizo valer el jugador de más. Colombia sintió el desgaste y David Ospina salvó en dos opciones. Cuando era dominado, a los 73 minutos recibió el segundo gol producto de un error individual. Tiro de esquina, Yüya Osako le ganó la marca a Santiago Arias en zona de arquero, que duda, y anotó para el resultado definitivo.
La formación inicialista sorprendió por lo nueva y diferente. Había tres jugadores que nunca disputaron un partido oficial con Colombia: Johan Mojica, Jefferson Lerma y José Heriberto Izquierdo; cuatro con menos de 10 partidos internacionales oficiales: Oscar Murillo, Dávinson, Quintero y Wilmar Barrios, quien ingresó y respondió bien. Y la nómina no tuvo 7 titulares habituales: Frank Fabra, Cristian Zapata, Yerry Mina, Abel Aguilar, Carlos Sánchez, James Rodríguez y Edwin Cardona que no vino al Mundial.
Muchos cambios, muchos nuevos, demasiados sin experiencia para comenzar un Mundial. Queda la duda de la condición física de varios jugadores, que padecen molestias, fatigas y sobrecargas musculares que no conocemos.
Los cambios no resolvieron nada: sacar a Juan Guillermo Cuadrado, que intentó encarar sin acierto pero era cuota de experiencia y doble función en medio de la juventud, no pareció correcto. Si James no inició era porque no estaba, ¿si no estaba para que lo ingresan en el segundo tiempo, y si estaba porque no jugó de entrada?, se notó en 32 minutos que su momento físico no era bueno porque no fue el James de siempre. Y para completar entró Carlos Bacca como delantero a jugar al lado de Falcao por Izquierdo, que en 69 minutos no pudo hacer una sola jugada de ataque, cuando la necesidad era de un mediocampista para tratar de compensar la superioridad numérica de Japón, que era clara.
No fueron afortunadas las variantes de José Pekerman y nos quedamos con la incertidumbre sobre la ausencia de Zapata, Mina, Aguilar, Matheus Uribe y Luis Fernando Muriel como alternativas, pues no sabemos si están o no habilitados para jugar. El tema físico es delicado y afectó la selección.
Tarea titánica tiene el cuerpo técnico para recuperar mentalmente el equipo que quedó muy golpeado. Los jugadores deberán demostrar experiencia y carácter para superar la derrota y recuperar la fe y la confianza. Por lo pronto, yo sigo creyendo en este grupo, en la sabiduría de Pékerman y en su capacidad de recuperación ante Polonia y Senegal. Los colombianos somos de extremos, cuando ganamos somos campeones mundiales y cuando perdemos somos los peores. El escenario es muy difícil, pero la ilusión es gratis y no puedo olvidar lo que estos muchachos han hecho en momentos de alta presión y complicación. Vamos Colombia que todavía se puede.
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Excelente reflexión.