Por: Héctor Eduardo Chávez
Parodiando la despedida de Gustavo Ceratti en la disolución de Soda Stereo, la palabra GRACIAS es la que encuentro apropiada para este momento del fallecimiento de Diego Armando Maradona, ídolo total.
Maradona fue muchas cosas buenas y malas, por ello la gente critica su vida fuera de las canchas y habla de un deportista que no llegó a ser integral y ejemplo para otras generaciones.
Es fácil decirlo, por parte de aquellos a quienes no inspiró, pero a quienes si lo hizo, fue un hombre muestra de talento en el rectángulo de juego. En una cancha de fútbol no he visto otro igual, con una zurda prodigiosa, veloz, hábil, guapo, inteligente y líder; un completo crack.
Maradona fue un fenómeno de su tiempo, ganó un Mundial siendo el estandarte de la selección Argentina, era amigo de sus amigos, defensor de la profesión ante quien fuera, contestatario; si se quiere, revolucionario.
Los videos de su fútbol han sido siempre una joya para la eternidad, su calentamiento con el Napoli, el tiro libre a la Juventus, los goles a Inglaterra, el gol a Gatti y para mí, su juego con la naranja en el estadio El Campín en las eliminatorias al Mundial del 86. Inolvidable.
Se fue un exquisito, un excéntrico, un hombre frentero que sabía que la gente quería ver espectáculo de los jugadores y él lo brindaba en su máximo nivel.
No se si veré otro igual, porque el talento y carácter, combinados a la perfección en un futbolista tienen nombre y apellido, Diego Armando Maradona.
Gracias al 10, gracias a la pelota, gracias a la Tota por parirlo y a Dios por permitirlo desplegar su clase para el deleite de todos.
GRACIAS TOTALES.
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