Nacional jugó muy mal contra Millonarios, pero tuvo el maquillaje de la victoria. Hoy jugó peor, confundido e impotente y su derrota no tuvo atenuantes. Los verdolagas reclamaron que el penal cobrado por REINA no era tal (13’), porque no había posición anti natural de la mano de Valencia y discutieron también el segundo gol del mismo REINA (67’) porque hubo mano previa de Cabrera y ni así se puede justificar su presentación.
La explicación hay que buscarla en el Deportivo Pasto. Fué superior en el manejo de la pelota. Desde el vamos perforó los costados defensivos de Nacional y se encontró con tres centrales confundidos e impotentes, a la hora de frenar el torbellino pastuso. Mejor los locales en su planteamiento de juego presionante y posicional en los primeros 20’ y también más desequilibrantes en el segundo tiempo, cuando esperaron con una doble línea de 4, alambrado que no pudo saltar Nacional y se fueron al contragolpe creando siete llegadas con cuchillos muy afilados. Partido con Armani de salvavidas.
Lillo tendrá que comprender que ese sistema de tres defensas no le funciona , porque los hombres que sube al medio ( en éste caso Borja y Mosquera), regalan las espaldas y no agrandan la línea cuando tienen que hacerlo y más aún cuando volantes y delanteros, no son capaces de sostener la pelota arriba.
En esos sectores laterales, Pasto encontró autopistas de penetración, gracias a la conexión de Cabrera y los avances de Córdoba, Aguirre, Canchimbo y Dájome. De esas zonas provinieron las jugadas de los dos goles y el bloque de seguridad de Nacional, terminó como una gelatina. Tanto se desesperó Nacional que Armani fue expulsado por reclamo airado al árbitro y Macnelli sobrepuso la discusión al juego.
Se juntó todo : el equipo antioqueño jugando mal y los líderes que deben orientar el timonel , salidos de casillas. Después, ataques anémicos que no culminaron en llegadas ( la oportunidad más clara con Ruiz, apareció solo en el minuto 91’), pese a una gran posesión porque el conjunto nariñense le cedió la pelota, a favor de su repliegue y posteriores contras. Pero en medio de esa tenencia, hubo poca agresividad y muchas pérdidas por malas entregas o anticipos del contrario
El DT de Nacional hace rotaciones innecesarias. Si la competencia está concentrada en un torneo, que es la Liga, porque no tiene compromisos internacionales y está eliminado de la Copa, para qué dejar por fuera a hombres tan influyentes como Henríquez y Dayro ?
Un onceno que ésta noche manejó el balón en cámara lenta , que hizo demasiados pases horizontales , que NO GANÓ ni en los duelos individuales ni en los grupales, recuperando o abriendo espacios, tarde que temprano termina mal. El estado de la cancha no es disculpa, porque fue la misma para el adversario. Una defensa derrumbada, un medio campo con las luces apagadas y una delantera con anemia, conforman un coctel decepcionante.
Lillo TIENE LA OBLIGACIÓN de replantear muchas cosas, porque los términos para empezar a jugar mejor, cada vez son más cortos y los hinchas van perdiendo la ilusión y la fe.
Si no hay correctivos, la tribuna tendrá que cantar con Goyeneche : “Soy una canción desesperada… hoja enloquecida en el turbión”.
No les parece ???
Síguenos en ...