La Federación Ecuatoriana de Fútbol removió del cargo a su presidente, Francisco Egas, debido a las permanentes violaciones al estatuto como sobrepasar el presupuesto para contratar al entrenador holandés, Jordi Cruyff, quien dirige la selección nacional.
Seis de los nueve miembros de la directiva decidieron reestructurar el ente, por lo que el vicepresidente Jaime Estrada asumió el máximo cargo, mientras que Egas quedó como tercer vocal.
Egas fue acusado de generar una delicada crisis institucional en la Federación por su mandato dictatorial, al actuar al margen de los estatutos.
La contratación de Cruyff y el español Antonio Cordón como director deportivo por cerca de 6 millones de dólares, generaron gran malestar al interior de la entidad.
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