¿Huelga de futbolistas? Por: César Augusto Londoño

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El martes 8 de octubre el periodista César Augusto Londoño en El Pulso del Fútbol de Caracol Radio emitió la siguiente opinión sobre la amenaza de huelga en la Liga Águila.

Yo supongo que una huelga o un paro se plantean cuando las condiciones de trabajo son muy malas y son extremas. Y lo entiendo en el caso de los maestros y de algunas organizaciones.

Me parece muy bien que exista una Asociación y busque mejorar las condiciones de sus representados, como el fútbol femenino y jugadores de la B. Pero en el caso de los que actúan en primera división de la Liga Águila, el fútbol les ofrece condiciones más que buenas para su actividad profesional y personal. Son miles los jóvenes que quieren llegar a jugar en nuestro fútbol, no solo en Nacional, Millonarios, América; también en Equidad, en Rionegro o Unión Magdalena.

Los futbolistas son unos privilegiados, viven en fabulosas condiciones, hacen lo que más les gusta, ganan bien, cada vez tienen más poder, cobran aunque no rindan, comen y duermen en los mejores hoteles y exigen premios por hacer su deber aunque sus sueldos sean millonarios.

Voy a poner un ejemplo: en Colombia en el 2018 solo 157.422 ciudadanos ganaron más de 10 millones de pesos. En la Liga Águila 277 futbolistas de los 400 que tienen los 20 clubes (sin contar los juveniles) ganan más de 10 millones de pesos y mucho más. Es el 69%, más de las dos terceras partes de la población élite. Y como si esto fuera poco, hay 64 jugadores que se ganan más de 100.000 dólares anuales, hablamos de más de 30 millones de pesos mensuales con un dólar a más de 3.500 pesos y a varios hay que pagarles en esta moneda.

Hoy un jugador de 18 o 19 años, con salario de juvenil, juega 6 o 7 partidos de titular, marca 2 o 3 goles y ahí mismo su empresario pide aumento de sueldo considerable aunque haya un contrato vigente, y a los equipos les queda dos alternativas: o se niegan y los dejan libres, o acceden a sus peticiones económicas porque la legislación de FIFA desde la ley Bosman no protege el trabajo que se ha hecho en divisiones menores en los clubes.

Está muy bien que los jugadores ganen mucho dinero, son los protagonistas, son el espectáculo del fútbol, pero que no acaben con la gallina de los huevos de oro.

Hoy hay 22 equipos en Colombia quebrados y muy cerca de entrar en proceso de Ley 1116. Claro que los culpables son sus dirigentes que gastan más de lo que ingresan y están volados en los sueldos, como está volado el fútbol Mundial en una hiperinflación que no han asumido y qué en un futuro, más cercano que lejano, va a generar una depresión que los afectará a todos y provocará no solo un Fair Play Financiero como ya existe en Europa, sino una autorregulación donde los mismos clubes limitarán los salarios.

No pretendo ser profeta de la desgracia, pero no es lógico pedir participación por los derechos de televisión, un partido de la Selección Colombia para su beneficio, aumentar el descanso, hacer reuniones en la concentración del seleccionado nacional y participar en los códigos de disciplina y castigo queriendo ser juez y parte del negocio.

¿Cuándo en una empresa los empleados piden participación sobre las ventas, o un día de toda la fuerza de trabajo para su beneficio, o cuando los ciudadanos participan de la elaboración del código de policía?

Repito, está muy bien que ganen millonadas, sean las figuras y tengan enormes beneficios, pero de allí a amenazar con una huelga porque se sienten atropellados en sus derechos, me parece desproporcionado. Cualquier actividad necesita una base sólida para su desarrollo y estructuras que garanticen la viabilidad del negocio.

Por eso ayer decía que me parecía simpático ver a jugadores que se ganan más de 100 millones de pesos mensuales, sentados en la grama protestando o tirándose el balón, porque se sienten mal tratados.

Es lógico que se necesita el diálogo, que es el camino más correcto para solucionar diferencias y eso lo deben entender los clubes, pero una conversación debe comenzar con propuestas que sean posibles dentro de la viabilidad del negocio.

Y no quiero hablar de los jugadores que son vagos, indisciplinados y los que hacen todo lo posible para sacar al técnico de turno y cobran como si fueran los mejores empleados. Sólo pregunto: ¿El nivel que ofrecen los jugadores del fútbol colombiano, corresponde a lo que pagan los clubes por su espectáculo?

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